jueves, 2 de junio de 2016

MARCADO Y TOPIZADO BOVINO

MARCADO EN BOVINO

Hay dos razones básicas por las cuales se debe marcar el ganado: para que el dueño identifique cuál le pertenece y controlar el abigeato, y administrativamente, para controlar la producción y productividad de las reses, bien sea en ganancias de peso o producción lechera.

Hay dos tipos de marcas: Una caprichosa que la da el ganadero con su sello personal o de la sociedad dueña de las reses, para lo que se mandan hacer hierros de marcación con diferentes figuras, logotipos o iniciales de acuerdo con el gusto propio.
El otro tipo de marcación tiene en la administración su razón de ser, como la forma más eficiente de llevar los registros de producción y saber exactamente el estado fisiológico del animal (edad, producción y ganancias de peso, entre otros).
Cómo es la numeración Antes de proceder al marcado, se debe tener en cuenta la numeración que se llevaba anteriormente para no cometer errores; de lo contrario, si se trata de su primer lote de ganado, podrá elegir el sistema que más le convenga.
Según el Manual Práctico del Ganadero, editado por la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), en el país se usan por lo menos cinco métodos diferentes de numeración, debido principalmente al número de cabezas con que cuenta cada finca. Estos son: 
1- Los más simples se basan en tres o cuatro cifras y se asignan los números de manera consecutiva a medida que se registran los nacimientos. Se reemplazan cuando los animales salen del hato.
2- Otras fincas utilizan cuatro números; los tres primeros son el número de orden descrito anteriormente, pero el último dígito corresponde al año del nacimiento, por ejemplo, 9 para 1999.
3- Igual que el primero, pero dejando los machos con números impares y las hembras con números pares o viceversa.
4- Igual que el segundo sistema, pero dejando aparte el último dígito, es decir, tres dígitos de consecutivo en la parte superior y el último en la parte inferior, correspondiente al año de nacimiento.
5- Un sistema, algo complicado, consiste en utilizar los dos primeros dígitos para el consecutivo, el tercero para asignar el bimestre en que nació el animal y el último para designar el año.




Sin importar cuál de los anteriores escoja usted, lo importante es saber interpretar la numeración, mantenerla en el tiempo y poder identificar el animal desde cierta distancia, sin tener que acercarse, cogerlo y verle la numeración, tal como sucede con los tatuajes de oreja o con las orejeras.

Áreas para numerar Como muchas labores del campo, como el herraje de equinos, la marca del ganado también es un arte realizado por expertos en la materia.
Si no se hace técnicamente puede echar a perder la calidad de las pieles, por lo que se debe marcar en áreas pequeñas.

Las zonas ideales para marcar el ganado son: En la pierna: en la parte baja, por encima del corvejón o articulación situada en la parte inferior de la pierna.
En el brazo: un poco por encima del codo.
En el cachete: cuando las terneras son vacunadas contra la brucelosis, se hace una marca con hierro, con la letra V para identificar que están inmunes a la enfermedad.
Si hay animales positivos a brucelosis, se le debería colocar la marca con B , aunque poco se usa ya que los animales se sacrifican.
Cinco pasos Los siguientes son los pasos que debe seguir para lograr una buena marcación.
1- Es bueno tener dos juegos de números en la finca: uno para marcar terneros y otro para adultos.
2- Al mandar hacer los hierros, tenga en cuenta que los números 4, 6, 8 y 9 deben ser abiertos, es decir...
3- Cada hierro debe tener en su cabo el número al que corresponde para identificarlos claramente.
4- Al colocar los hierros al fuego, conserve un orden consecutivo, es decir, de cero a nueve.
5- Cuando el hierro está al rojo vivo, aplíquelo sobre la piel con pulso firme. Levántelo tan pronto comience a salir humo. Esta labor debe demorar máximo un segundo.






( SACADO DE EL TIEMPO)




TOPIZADO EN BOVINOS


Esta práctica tradicional busca facilitar el manejo de los vacunos, evitar accidentes, volverlos potencialmente menos peligrosos y maximizar el espacio en corrales y comederos; pero, ¿de qué manera se puede reducir la molestia y preservar la salud del animal durante este procedimiento?  

Para los ganaderos y expertos en el tema no existe ninguna duda: el descorne es una práctica que puede resultar muy traumática para las reses -por el dolor que causa- a tal punto de llegar a afectar la productividad de un hato. Pero los avances de la medicina veterinaria y el desarrollo de equipos, acompañados de buenas prácticas, hacen que los ganaderos no tengan excusas llevar a cabo este procedimiento en el momento preciso y sin generar complicaciones.   

Minimizar el dolor que genera el descorne es fundamental por dos razones. En primer lugar, constituye un problema de bienestar. En segundo  lugar, el dolor puede tener efectos negativos sobre la producción de los animales debido a que desencadena una respuesta de estrés que supone cambios fisiológicos y de comportamiento potencialmente contraproducentes.

Las técnicas de descorne en bovinos son necesarias para evitar que con las cornamentas se presenten lesiones entre los animales, ya que las pérdidas económicas causadas por traumatismos pueden ser considerables ó incluso lesionar a los humanos hasta provocarles la muerte.

“La cornamenta (cuernos) es la única herramienta y forma de defensa, jerarquía, juegos y comportamientos naturales que tienen las reses, pero estos tienden a golpear voluntaria ó involuntariamente lo que rodean. Por esto, lo ideal para el manejo de los bovinos es que no tengan cornamenta desde jóvenes”

La técnica más recomendada para llevar a cabo este proceso, minimizando el dolor del animal y a temprana edad (no más de 6 semanas), es la cauterización física, que se efectúa por medio de topización con calor, a través de un fierro caliente o también con un descornador eléctrico, o la topización con crema caústica.

La topización por medio de calor consiste en rasurar alrededor del cuerno, para posteriormente lavar la zona y realizar la asepsia. Allí se corta con una navaja desinfectada o con un bisturí el corion del botón de crecimiento del cuerno y  se aplica calor con un cautín o un descornador eléctrico directamente sobre la gema de crecimiento para destruirla, cauterizarla y así evitar su crecimiento. Mientras que la topización química requiere de pastas descornadoras a base de cáusticos como el hidróxido de sodio y de calcio, que se deben aplicar tópicamente sobre el cuerno.

“A pesar de que cualquiera de estos mecanismos es altamente efectivo y preserva el bienestar del animal, es recomendable aplicar uno o dos puntos de anestesia local para garantizar que el estrés del bovino sea nulo”,

Con esto, además de garantizar que el dolor del animal será prácticamente inexistente, se trata de procedimientos sencillos y cortos que dejan la percepción de que el animal jamás ha tenido cuernos. No tomará más de 7 minutos retirar el botón corneal (nacimiento del cuerno) del cráneo del animal.

Indica que el método por excelencia para minimizar el dolor del animal y evitar riesgos posteriores para otros animales o para los trabajadores de un predio ganadero, es retirar el botón corneal en cuanto nazcan los animales a través de las técnicas ya mencionadas.

“Es la mejor técnica que uno como ganadero puede utilizar para evitar que el manejo posterior de los bovinos sea dispendioso e incluso peligroso para los operarios del predio. Además, de no efectuarse el descorne en las primeras semanas, posteriormente habrá que acudir a otros métodos más costosos”

 




El descorne estético, la alternativa ideal para cuernos grandes    

El descuido, la negligencia o en muchas ocasiones la falta de tiempo son las principales razones para que los ganaderos dejen pasar las primeras semanas de los novillos sin aplicar el descorne, por lo cual al cabo de cuatro o más meses y ya exista una base ósea, deben acudir a una intervención quirúrgica denominada descorne estético.

Este procedimiento que también inicia con un protocolo de anestesia local por infiltración, para luego llevar a cabo la cirugía que implica incidir la piel, desbridarla, posteriormente cortar el cuerno desde la base, es decir, retirar una parte del hueso y suturar de manera tal que la res no quede expuesta a infecciones. “Si el proceso se efectúa de la manera adecuada y con los principios de higiene recomendados, el bovino no sentirá dolor y no tendrá ninguna complicación”

De igual manera, para efectos de presupuesto, el descorne a temprana edad es lo más recomendable. Ya que la topización por calor, sumando materiales y procedimiento no genera un costo superior a $5 mil por animal, mientras que un descorne estético puede llegar a costar hasta $250 mil por cada vaca. 

Sin duda, el descorne en bovinos es una práctica que redundará en beneficios de manejo y bienestar para los animales de un hato, pero es necesario llevarla a cabo bajo todos los protocolos de sanidad y quirúrgicos que los veterinarios recomiendan. Incluso son estos profesionales los más indicados para retirar los cuernos de los bovinos. “Desde todo punto de vista es mejor tener animales sin cuernos, ya que esto evita atrasos en el crecimiento de los mismos, pérdidas de peso o un manejo riesgoso en los establos y comederos. Asimismo, los animales son más dóciles y tranquilos”

 



(SACADO DE CONTEXTO GANADERO)

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